sábado, 3 de noviembre de 2012

Si quieres, puedes vencer al demonio.

Dice el escritor periodista que “al demonio se le vence con información”, él explica una serie de puntos interesante, y conviene estar en guardia contra el enemigo de las almas, no obstante. Mi reflexión: ¿qué clase de información se requiere? La voz de la Iglesia Católica tiene una información muy bien detallada, lo encontramos por ejemplo en el Catecismo de la Iglesia Católica, los sacramentos, una vida intensa de oración cuando la adversidad parece tener un peso insoportable.+
 
Una de las cosas en que Satanás se complace mucho, es cuando el cristiano se asemeja a los no creyentes, cuando hablan palabras altisonantes, groseras, inmoralidad, de doble sentido, por eso el Espíritu Santo ya nos advierte que como creyentes en Dios y unidos al mismo sentir de la Iglesia Católica, no podemos, es que no debemos hacer las cosas que ellos hacen.
Las palabras ociosas son palabras sin sentidos, que arrastran a la condenación eterna, si meditamos atentamente lo que nos enseña Jesucristo en los Evangelios, y los Apóstoles, debemos poner en práctica todas esas enseñanzas, pues siempre es para nuestro bien, y comprenderemos la libertad auténtica.
Sí, cuando vivimos de acuerdo con la fe de la Iglesia Católica, es fácil vencer al tentador. Pues uno tendrá lo que quiera para la eternidad, salvación o condenación.
 
Si alguien dice "tú me has enseñado a hablar mal, lo he aprendido de ti", es que alguien a aceptado esa mala conducta, pero si amamos al Señor, pero si no puede evitar una mala compañía, por ejemplo, en un trabajo, en que todos los compañeros no tienen un lenguaje sano, sino que está corrompido en todo lo que hace, su corazón perverso. El fiel creyente aunque trabaje allí, o estudie en un colegio, tiene la Gracia de Dios para no imitar las malas costumbres de los no creyentes.
Se puede vencer al Maligno, no aceptando la compañia de los enemigos de Cristo y de la Iglesia Católica. Por tanto, no es el alma pura y sincera quien hace lo que es malo, sino el malo es que imita lo que es malo.



Así se vence al demonio
José María Zavala

Información y testimonios muy interesantes que encontramos en los libros sobre exorcismos, y que están autorizados por la Iglesia Católica.
Son muy interesantes también los ejemplos de los santos que han luchado contra el demonio, vemos por ejemplo, a San Antonio Abad, fue un combate muy duro, leemos en su vida. Otro de los Santos, como el demonio no podía tentar a San Pedro de Alcántara, uno de los santos reformadores, tuvo soportar, las pedradas materiales que el demonio le arrojaba, no podía tocar el corazón ni la mente del santo; lo mismo vemos en San Pío de Pietrelcina, Santa María de Galgani, para meterles miedo, tomaba disfraz de animales inmundos. La vida de Gracia de Dios es la mejor defensa contra el demonio, pero esos libros nos ayudan a conocer más datos.
El demonio tiene poder en las almas que se dejan tentar por las impurezas, no se dedican a orar con pureza de corazón, ahí el demonio tiene una puerta abierta de par en par, la lujuria es el arma favorita del demonio, diría yo. Porque el lujurioso no busca una vida de santidad. 
Es bien sabido que todos tenemos un arma poderosa para vencer al tentador, para no perder la Gracia de Dios, tenemos el Santo Rosario, que si lo rezamos devotamente, entre misterio y misterio, detenerse un poco, y meditar esa parte, y cuando oremos, es necesario, hacerlo con paz, serenidad, pues rezar a la carrera no ayuda nada, sino que el demonio se aprovecha de ese atropello en la oración para jugar con esa alma a su capricho.
 
Las Glorias de María, de San Alfonso María de Ligorio, también los recomiendo. 
 
Hace muchos años, cuando por la Gracia de Dios, renuncié aquel camino de iniquidad, por las noches cuando yo estaba durmiendo, el demonio, que ya veía que no estaba en oración, pues me despertaba y me infundía un terror asfixiante en mi corazón, pero entonces comencé a rezar oraciones, pero sobre todo el Ave María, y de pronto, aquel terror se desvanecía, pues con la oración a la Madre de Dios, sentía de nuevo un gran alivio en mi corazón, y es verdad, que cuándo más oremos, más lejos de nosotros estará el demonio. Varias noches lo intentó el demonio, llenarme de terror, aunque no eran noches seguida, sino a intervalo de tiempo. Entonces, cuando yo sentía que se acercaba al demonio, dejé de tenerle miedo para siempre.
Al demonio se le puede temer, en primer lugar porque no es alma de oración, ni vida eucarística, es lo que me sucedía a mí hace muchos años me sucedía, no tenía a Jesucristo en mi vida, ni esta preocupado por la vida religiosa, eso sí, iba a Misa cada domingo, pero no me ayudaba en nada, por la superficialidad y tibieza de mi mala vida.

Pero llegón un  día, que,  a medida que me daba más a la vida de santidad, un rechazo al pecado, más perdía el demonio. La Santísima Madre me libró de las cadenas de la perdición, me hizo ver las cosas con claridad, Jesucristo que es la Misericordia, tuvo misericordia de mí, enviándome a su Amantísima Madre y Madre nuestra. 
Un alma que ya se acostumbra devotamente a rezar cada día la oración, ya había referido que el demonio pierde poder, pero también es que tiene mucho miedo. El demonio llega a temblar de horror cuando el alma es verdadero devoto, devota de la Madre de Dios, y es fiel imitador de Jesús y de María.
No es exageración cuando he dicho que el demonio tiembla ante las almas justas e inocentes, también se encuentra en las crónicas de los compañeros de San Francisco de Asís.
 
Y como he referido también, que el demonio se complace en las intenciones no pura ni castas de las almas. El demonio puede hacerle  instrumento de engaño y seducción perversa para las almas inocentes.
Los momentos que más disfruta el demonio, es cuando hay manifestaciones callejeras, el ateísmo, el comunismo, el anticatolicismo, “el orgullo gay”, el “Halloween” con sus disfraces repugnantes, y todo lo demás que es opuesto a Dios, como el aborto, etc. Estas cosas están dentro del plan de perdición, y son muchos los que se ensucian en el camino ancho, para perdición eterna.
 
Así se vence al demonio, es un libro escrito por José María Zavala, también lo recomiendo. Está también anunciado; Así se vence al demonio - Archidiócesis de Madrid Cuando lo compré, fue en su segunda edición, pues se añadió un nuevo capítulo interesante.
 
Aquí: Puntos de vista - 'Así se vence al demonio' - TVE es una entrevista interesante que ha hecho el autor del libro. Si te interesa tenerlo en tu ordenador, con el ratón, derecho, haz clik, y lo guardas como MP3.
 
Hay quienes dicen, "hay que tener respeto al demonio", veamos, a quien debemos respetar y amar es a Jesucristo. ¿Porque si el demonio no te respeta a ti, le tendrás respeto? ¿Acaso el demonio no te odia y desea tu ruina, y le quieres respetar?
 
No, librémonos de esas cobardías de vanos respeto por el enemigo infernal, no hemos de respetar al demonio, sino evitarle, no hacerle caso, de ningún modo, y cuánto más arrecie las tentaciones, más profundamente, nos arrojaremos a los pies de Jesucristo, corriendo a su presencia, al Sagrario, humillarnos ante la Divina Majestad, entonces el demonio huirá de nosotros. Acudamos velozmente a la protección de la Madre de Dios. Pues si tenemos en nuestra vida a Nuestra Madre del cielo, el Maligno no se halla feliz y huye.

Les respetarás si no amas al Señor, si cedes ante las tentaciones, si no acude al sacramento de la confesión, si te habitúas a vicios y pecados, y a la vida mundana.
 
Algo parecido recomendaba San Antonio Abad a sus compañeros de religión. Yo diría que respetar a los espíritus malignos es una cuestión de cobardes. El demonio no respeta siquiera a sus seguidores, sino que los tienen atrapados.
 
 
 
 
 
Otro nuevo libro de próxima aparición:
 
 






No hemos de olvidar que no es suficiente tan solo recoger la información para vencer al demonio, sino que consiste todo aquello que Jesucristo y la Iglesia Católica nos enseña para alcanzar la Vida eterna. Si quieres, puede vencer al Demonio, si tenías temór por el demonio, puede llevarte también tener miedo a morir, eso es consecuencia de una vida en pecado.
 
Miedo a llegar a la noche para dormir, tener miedo de no despertar a la mañana siguiente, Para vencer todos estos miedos, basta hacer, insistiendo en ello, la Volunta de Dios, y los temores se desvanecen.
 

En la medida que nos entreguemos al fiel cumplimiento de la Voluntaad de Dios, manteniendo una vida de pureza, castidad, el Demonio se alejará de nosotros, pero no por eso vamos a descuidar nuestra vigilancia, sino que oraremos en todo tiempo, participaremos con la máxima devoción en la Sagrada Eucaristía, más recogimiento. Si el Maligno ve que nosotros estamos ocupados en los asuntos de Dios, ya en las tareas domésticas, ya cuando vamos de camino por la calle, al médico, a la compra, de viaje, haciendo alguna cosa digna y decente, en nuestros pensamientos, y más aún en nuestro corazón, vamos a estar unidos a los Sagrados Corazones de Jesús.
 

 

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