martes, 13 de diciembre de 2011

(04) Dios providente

No podemos dejar de orar, si lo hacemos con verdadera devoción, siempre confiaremos en la Divina Providencia de Dios. Pero si el alma ha dejado de frecuentar la oración para dedicarse a cosas terrenales, en su pérdida de la fe, llegan a intentar dar malos consejos; dicen erroneamente: "no es bueno tanta oración", "no hay que confiar en la Providencia de Dios".
Necesitamos verdadera vida de oración.