miércoles, 27 de marzo de 2013

Semana Santa: Tiempo para "salir " de nosotros

Que grande y misericordioso es el Señor, Dios nuestro, cuando nos tomamos en serio vivir conforme a los intereses de Cristo, con la ayuda de la Gracia, siempre nos encontramos caminos de paz, de comprensión, de bondad.
 
La ternura que el Señor tiene hacia nosotros, también hemos de mostrarlo a los demás, pero esta ternura, no se trata de quedar indiferente ante los errores, ante el pecado, porque el no ayudar a nuestros hermanos, sino que queremos que simpatice con nosotros, porque nos quedamos indiferentes ante sus errores, si los tiene, ya no somos misericordiosos con ellos.
 
La Cuaresma a la que ha dado paso al tiempo actual, pues hoy, ya es Miércoles Santo, (NOTA: no olvidemos que el viernes Santo, es comienzo de la Novena a la Coronilla de la Divina Misericordia, es una cita que hemos de tener ante Dios, ya en comunidad, o sólos en la iglesia, en el Sagrario), como decía, todo este tiempo es para vivir recogido, con nuestros pensamientos y corazón, dedicados al Señor.
 
Yo recuerdo, cuando era niño, que en tiempo de Semana Santa, todos íbamos a la iglesia, la familia entera, en Andalucía, es allí, donde parece que hay más devoción y sentimiento de piedad. Estamos en una época muy complicada, en ciertas partes de España, hay un olvido de Dios, este olvido o rechazo de Dios, es una invitación al egoísmo, a todo tipo de iniquidades.
 
La Semana Santa, nuestro corazón no debe alojar a nadie más que a la Santísima Trinidad, y también a la Santísima Madre de Dios, es muy importante para mantener la paz.
 
Cuaresma y Semana Santa, salir de nosotros mismos, pero terminado este tiempo, no vamos a olvidarnos de Cristo, aún cuántas tantas cosas vengan ante nosotros, pues si Cristo que nos ama, y nos ha llamado, seguiremos con Él en cada instante de nuestra vida. Dios es amor, ya permanece con nosotros, no debe ser un momento, no es un instante, es para siempre, porque si no tuviésemos a Cristo en nuestra vida, la culpa sería nuestra, y romperíamos con la paz, Dios es Paz, Dulzura, ternura, y así necesitamos tratar a nuestros hermanos.
 
Dios siempre busca a toda clase de personas. Le vemos en la cruz, allí, crucificado, tanto nos amó que rogó a Dios Padre el perdón, para aquellos que no le conocían, aún así, no todos acogieron ese perdón, como en el caso de Judas Iscariote, el mal ladrón, y otros que no quisieron quebrantar su corazón endurecido.
 
Yo me pregunto delante de Dios, ¿cómo habré pasado estas fechas, Cuaresma, Semana Santa?, yo me respondo, que no he sido todo lo fiel que debería haberlo sido, es tanta la debilidad que tengo, mis ingratitudes. Pero la alegría y la dulzura del perdón del Señor, cuando me arrepiento, y deseo enmendarme, no es una vuelta atrás, sino que mi preparación para mi salvación debe ser momento a momento. El Señor me pide, que debo ser irreprochable, humilde, manso, ¿cómo puedo conseguirlo? es muy fácil, y es que mi corazón, mi vida entera, lo pongo en las manos del Señor, aceptando siempre su adorable Voluntad, para lo que Él quiera. Salir de mí mismo, pisoteando la iniquidad de mi hombre viejo, tan lleno de maldades, rechazar la soberbia; mi soberbia, siempre buscando a Cristo, por medio de la Eucaristía, la oración, las obras de caridad.

El Papa Francisco ha iniciado ya, la catequesis de los miércoles. Se nos invita a salir de nosotros mismos, pues para permanecer al lado de Cristo, caminar con Él, no podemos hacer, ahora voy a Cristo, pero también me entretengo con todo aquello que no agrada a Cristo. Pues lo que a mí me agrada, no significa que pueda agradar a Dios.