viernes, 24 de enero de 2014

«Que todos sean uno»: Abrámonos al amor fraterno

¿Está dividido Cristo? Ciertamente no, pero para vivir esta unidad necesitamos de Cristo. Las cosas del mundo constantemente llevan a la división de las personas, de las ideas, pero teniendo a Cristo todos tenemos nuestros pensamientos, pero dentro de la misma fe, de los mismos carismas, tan desconocida y rechazada por todo el proceder mundano. 
Sin caridad ni respeto conforme al Amor de Dios, es imposible que uno se lleve bien con todos. 
 
Con Cristo es muy fácil trabajar por la paz, sin la vida de la fe de la Iglesia Católica, todo tiende al fracaso. Muchas personas buscan la paz, pero no aman a Cristo ni a sus hermanos. La verdadera paz es Cristo en nuestra vida; debemos adaptarnos a la vida de Dios, que quiere ayudarnos, por lo que sería bueno, que nos dejemos ayudar por Él. Y para eso, debemos continuar orando, visitas al Santísimo, Eucaristía, huída de las ocasiones malas, poner en práctica según nuestra vocación, lo que el Señor y la Iglesia Santa nos pide siempre para nuestra salvación eterna.